El título de esta entrada es el reto que tiene cualquier CIO en cualquier compañía a día de hoy. Te llega la petición de un usuario a través de helpdesk o por corrillo en pasillos, donde te solicita que quiere tener disponible unos ficheros corporativos desde cualquier parte y compartirlo con un grupo de personas. O que quiere acceder a un aplicación corporativa desde su casa. O simplemente quiere dirigir un proyecto desde un grupo de una red social. El acceso al correo se da por sentado! Sin embargo el CIO normalmente o técnicamente no puede proporcionar este servicio o simplemente por política se le deniega. Al tiempo te das cuenta que el correo corporativo está siendo redireccionado a correos gmail o hotmail, que los ficheros corporativos se encuentran en Dropbox o simplemente que se han abierto una cuenta en Google Apps para trabajar con Google Documents.
El CIO se encuentra en este dilema, si quiere crear estas infraestructuras tiene que invertir en sus sistemas con la consecuente partida presupuestaria, además dicha partida tampoco tiene una gran justificación, ya que los servicios que he mencionado se prestan gratuitamente como gancho a nivel personal. Tenemos dos problemas, el primero es de seguridad, ya que la información corporativa está fuera de la empresa y sin control y segundo no hay dinero para montar tu propia cloud donde ofrecer tales servicios.
Resolver este dilema sólo tiene una solución y es proporcionar una solución corporativa a tus usuarios para ofrecerles lo mismo que emplean a nivel personal. A muchas empresas este tren ya les ha pillado, pero están a tiempo a saltar. Hoy, la tecnología que nos hace fácil la vida personal es requerida a nivel profesional. Y esto no es malo, al contrario. Es un cambio de paradigma bestial que está cambiando día a día toda organización. Me hace gracia ver cómo starts-up abrazan este nuevo modo de trabajo por dos motivos: Dinero y rapidez. Corren menos riesgos y pueden ser más productivos. Sin embargo compañías consolidadas no les es tan fácil mover los cimientos de todos sus procesos y adaptarlos al cloud.
Las grandes compañías se encuentran con dos problemas: seguridad y personas. En primer lugar ofrecer tus datos a una compañía para que se encargue de ellos es algo que a todo el mundo le da miedo y en segundo lugar tus usuarios tienen que aprender de manera adecuada los nuevos procesos. Para todo ello hay una respuesta y es transparencia. Los SLA que proporcione tu proveedor cloud deben ser transparentes y claros, la información debe encontrarse localizada físicamente, aunque esté en el polo norte y en el acuerdo debe estar reflejado el grado de disponibilidad del servicio. Transparencia con los usuarios, hay que explicar cómo se debe trabajar con este nuevo sistema, la seguridad es compartida, es decir, parte es responsabilidad del proveedor, y otra parte es del cliente, por lo que un mal uso puede llevar a consecuencias graves.
Nadie había dicho que la migración al cloud sea fácil, sin embargo aquellas empresas que no lo acojan correrán graves riesgos de seguridad por información ubicada fuera sistemas tradicionales sin control, y además perderán capacidad de respuesta ante cambios, trabajo colaborativo, disponibilidad, etc… en resumen perderán productividad. El cloud son ventajas, pero también un cambio, estar acompañado de un buen profesional es fundamental. No escuchar de aquellos que todo son alabanzas al cloud, sino de aquellos que ponen «peros», aunque a nadie le guste afrontar proyectos con riegos saberlos ayuda a planificar su superación.